Las bodas son acontecimientos importantes pero también muy estresantes, no importa si eres la novia, el suegro, el padrino o la dama de honor. Ya no te preocupes te propongo algunas ideas que te ayudaran a pasar de lo mejor ese incomodo momento.
El brindis de boda es una práctica o tradición occidental se trata de que una o varias personas significativas en la vida de los novios, brinden algunas palabras en honor a ellos y de esta manera celebrar a la feliz pareja.
Dependiendo la cultura de cada país, el brindis suele producirse por diferentes actores, primero los recién casados, los padres de ambos, los padrinos, el padrino del novio, la dama de honor, los hijos (si los hubiese) los abuelitos y los mejores amigos. Es difícil limitar la participación de solo dos personas porque en este momento tan importante para todos es lógico que más de una persona desee expresar sus buenos augurios.
En ocasiones tan pronto acaba la ceremonia civil o religiosa se da un discurso, también cuando llegan los novios a la recepción se les da la bienvenida y se procede a bailar por primera vez como esposos terminado el baile los suegros inician su brindis, también se lo hace antes o después de servir el banquete.
Entiendo que quizás tienes sentimientos encontrados, algún truhan acaba de llevarse a tu princesa, y quizás eso salga a relucir en tu brindis. ¡Detente! Al final todo depende como se lo vea, no perdiste una hija acabas de ganar toda una tropa, después de todo es el hombre que ella eligió para ser feliz por siempre y probablemente el padre de tus nietos.
Recuerda que esta ceremonia no se trata de ti, evita los discursos largos, no incluyas anécdotas de tu hija con anteriores novios y las amenazas a tu futuro yerno se las dices en privado. Hazlo breve, lleno de amor y con autoridad de padre.
Esta persona suele ser la más tranquila, no porque no le afecte que su niña se case, sino porque sabe que debe estar pendiente de que cada detalle salga a la perfección, pero las madres son por naturaleza muy sensibles, prácticamente han dedicado sus vidas a criar a sus pollitos de la mejor manera posible y todo acaba aquí, la separación no es sencilla.
Recuerda, tú si tienes derecho a ser más expresiva y sentimental, pero cuidado con no caer en un mar de llanto o quedarte muda. Tus palabras siempre estarán en el corazón de tu hija. (Si eres muy nerviosa prepara con antelación tu discurso y toma un calmante natural o un mate de valeriana).
Ya sabes que a veces las cosas no salieron como esperabas y este es el segundo o tercer matrimonio de tu progenitor@, tú debes seguir firme a su lado todas las veces que sea necesario, no se trata de aprobar las decisiones de tus padres sino de honrarlos sin condiciones así como ellos te amaran por siempre.
En tu brindis refleja el profundo amor por tu progenitor y aceptación del nuevo miembro de tu familia.
Para ti corren las mismas reglas que para el papa de la novia, tal vez esta situación no te afecte tanto porque se casa el varón de tu prole, de todas formas lo que digas es muy importante, asegúrate de imprimir en tu discurso amor y orgullo por el hijo que das en casamiento y también afecto por la hija que ganaras, por supuesto debes expresar tu incondicional apoyo a ambos.
Aquí ¡si estamos en apuros! Una mujer que no eres tú se está llevando al hombrecito de tu vida!!! Tu hijo fue el primer amor real que tuviste, pero sabias que esto tenía que pasar, de hecho lo preparaste para ser un gran hombre, padre y esposo. Así que tomate un calmante, mantén la postura de una reina, abre los brazos a tu nueva hija y no olvides que es la mujer que te dará nietitos a quienes amar.
Al igual que la consuegra puedes ser sentimental sin caer en llanto profundo, tú eres y serás el pilar de tu hijo, dale fortaleza, firmeza y la convicción de un trabajo bien hecho.
Tú eres su compinche de la vida, y estas sinceramente feliz por la boda, no tengas miedo de expresar tu alegría, sin embargo, asegúrate de estar sobrio, completamente vestido, puedes contar alguna anécdota o chiste, pero jamás nada sexual o historias de ex parejas. La idea es festejar y no humillarlos.
No olvides que es una fiesta de amor y felicidad, no llores, sonríe, si es conveniente prepara lo que dirás anticipadamente, y listo ya puedes hacer el mejor brindis.
