¿Por qué debo evitar ser una madre controladora?
Ser madre controladora no es positivo para nuestros hijos, porque estamos creando niños inseguros, que no saben cómo manejar sus emociones, afectando considerablemente su autoestima y cuando sea adulto será difícil que consiga su independencia y su felicidad.
Ser madre controladora afecta el desarrollo de su hijo, porque no lo deja hacer sus cosas por sí solos, porque consideran que no puede o no lo va a ser bien, y prefieren hacerlo ellas mismas, de esta manera se ve amenazada la independencia de su hijo.
La madre controladora tiene un efecto negativo en la autoestima del niño, porque piensa que no es capaz de hacer por si mismo algo, formándose en el futuro un adulto inseguro que presentará dificultades para socializar y ser un adulto independiente capaz de tomar decisiones.
Un adolescente de madre controladora se rebela y puede generar problemas serios, porque no está preparado para decidir y hacer sus cosas solo, porque todo lo controlaba su madre.
Las madres controladoras quieren tener todo bajo su vigilancia, pero a la larga todo se le sale de control porque la perfección que ella espera no lo logra consiguiendo niños frustrados porque no logran cumplir con las expectativas de su madre.
Las madres controladoras logran formar niños con una carga de culpabilidad gracias a que utilizan la manipulación de las emociones para conseguir lo que se plantean, llegando al extremo de mentirles a sus hijos para poder alcanzar sus objetivos de control
Como vemos no es sano ser madre controladora y no tiene buenos resultados en la crianza, porque se está formando en un futuro un adulto inseguro, con baja autoestima, incapacidad para decidir, resolver problemas y posiblemente sean adultos que tengan conflictos y mala relación con su mamá.